sábado, 10 de mayo de 2008

EDDIE (J. BEMÚDEZ)

se es
trapecio, alcantarilla, fregadero
y el jabón de grasa animal
limpia tus ojos como piedras

se es
a medias,
en la medida que las calles se estrechan y se agolpan
en la solapa de tu alzhéimer

ya callarán los gallos cuando estés aprisionada
entre versos
-aquellos que sazonan, los que se arremolinan en las esquinas, en los parques, en los rincones de los geriátricos-

se es
a espaldas del día
mientras se intenta
estar de lado del tiempo, también de espaldas
como dándole al traste con sus horas sus milongas y sus minutos

mientras se cierran los ojos, no para dormir,
explotando la niebla de cielo a cada tormento,
a cada paso que se yergue en esta balaustrada de tanta zaratustra y tanta metafísica

se es
a escondidas del significado
- no ignoremos el sentir de la alondra atacada de hormigas,
sorbiéndole los pliegos, sorbiendo sus cicatrices
para amarrarlas al otoño-

se es
a hurtadillas del silencio de la casa deshabitada
donde los tiempos atrás se desvisten con sábanas y almizcles
y ponen a pulso, que digo,
a abismo, el insomnio
le dan de beber, lo convencen, lo invitan al baile de máscaras
y otra vez,
el reloj se despeña,
el alba pespuntéa un párpado que no hiere, sino que,
sin embargo, no puede quebrantarse con el candado errado del descanso

se es
donde no se existe, donde no se respiran más que hipotecas
y se disfrazan narcóticos de sueño
y sueño de somníferos

se es
ahí
donde y cuando la cuadrícula se presenta torcida,
se yerra en intentar introducir la sien
por el culo de vaso del esperpento

y vana, la escritura
se restriega furiosa frente a las paredes del vaso, que agotas
que finalizas y sustituyes por un ataúd de asesinos de Baudelaire

se es
a expensas de lo oblicuo de la senda que traza un Borges ciego
estampado por entre los vacíos de los pasos de cebra
hacia las luces, eterna e inmensamente encendidas del apartamento de Pizarnik

este es el camino que se sigue:

del aleph al desierto,
del libro a la encrucijada del sentirse extranjero
y guardándose a Edmond bajo el brazo,
junto a la barra de pan rancio


se es,
acopio y caterva de dioses
en las iglesias, en los parkings, en las guarderías, en los semáforos, en las gentes

se es
en definitiva: monosílabo
oráculo por el que encontrar la tierra donde recavar este silencio constante
que se disfraza de página
en blanco, o siendo más que, apenas
una SIMPLE NOTA A PIE DE PÁGINA


DEL POEMARIO INÉDITO “A PIE DE PÁGINA”
































12.

que la poesía hiera
que la poesía sea herida y helada,
que la palabra brame
en los surcos arrugados del destiempo

que el poema sea la pústula
que reabre lo cierto
y enjambres de incertidumbre
no se apasionen en permanecer
aquí,
en la noche helada del destierro

que la luz no bañe,
tache el hilo enebro del poema,
que hirsuto, el silencio
devenga en ruego y voz

que la poesía hierva,
chirríe, pulule, muerda, ataque
como arma de la tierra
que renace del tallo espinoso del tiempo

que la bruma
que cubre el viento
despunte el significado en ella
y despierte,
del mal sueño del vivir

que la poesía malherida
viva entre formol y éter
pero que HIERA,
que rasgue

que, a la fi,
vague por el desierto
y recabe su lomo erecto
en la fría corteza del soñar y el significar

me abandonaría en tus mugres, verso
y regentaría una mirada ausente, vacía


DEL POEMARIO “LA POEMA”, COCÓ EDITORIAL (VALENCIA), Junio 2008

No hay comentarios: