miércoles, 7 de mayo de 2008

LUCÍA BOSCÁ (LUCIÉRNAGA)


1.
Como un alcaraván te robo el nombre,
y lo esculpo sobre esta mesa cálida
de cerezo, que algún día alguien decidió talar.
Te recuerdo, entonces, regalándole lágrimas a Gamoneda,
leyendo en él
lo frías que estaban tus sábanas
antes, justo antes, de mí.
Podría escribir sobre mis pezones azules,
ese azul de tus ojos,
y rogarte que no te vayas,
regalarte un mundo
rojo y amarillo
dibujado con tiza molida,
decirte que a lo mejor es verdad
todo aquello que siempre callo.
Decirte, por ejemplo, que tus labios
tienen el sabor
de la tirita que recubre mis heridas
y que estás grabado en mí
como una escultura al limón.
O podría confesarte y explicarte
que no con todos los hombres
después de un orgasmo
lloro.

Podría.


2.
Es sobre todo ahora,
ante el espejo agujereado,
ahora que la soledad clava en mí sus ojos,
que son los míos,
ahora que observo el pálpito de mis preguntas,
retorcidas como el rabo roto de la lagartija,
ahora, desnuda y sombría ante este maldito espejo
que me rompe, me satura y me convierte en mí a través de mí;
es ahora cuando se escapan todas las respuestas
sin sentido
que me llevan a ninguna parte desde ninguna parte.
Inercia, I N C O N T R O L A B L E I N E R C I A,
Que me agarra, sale del espejo y me agarra del cuello.
Sale. Y me agarra. Y ya no importa el pálpito de un interrogante,
ya no importa absolutamente nada.
Porque es ahora, frente a mí, desde mí, es ahora, cuando entiendo
que importan tan poco los principios, como los finales.



3.
(Ya lo dijo el gran doctor de La vida es sueño, ya dijo que "el delito mayor del hombre es haber nacido". Unamuno en San Manuel Bueno Mártir.)

Dejadme decir palabrotas, joder,
dejadme decir lo que siento.
Vosotros, mientras, podéis mojaros como ese loco,
averiguando de qué lado del espejo estáis,
que yo seguiré fiel a mis incendios,
que se multiplican hambrientos y deshilachados
sobre mi nuca.
Yo, desnuda, sin piel, como nací,
pasearé las heridas que me hicisteis mientras le arrancabais
con indiferencia
la etiqueta a la cerveza,
seré la nieve que cae sobre el lago, deshaciéndose,
mientras vosotros permanecéis cuajados sobre la montaña.
Seré la voz suicida, la fuerza pecaminosa
del haber nacido.

Mientras vosotros os buscáis
yo me reiré silenciosa, entre las aguas, pensando
que yo sí sé en qué lado del espejo estoy:
en el otro. Y joder, aquí
no cabe nadie.


EXPULSADA

1 comentario:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

"Podría escribir sobre mis pezones azules,
ese azul de tus ojos,
y rogarte que no te vayas"


LU:

En todo tu quehacer, mudo, escrito, dicho, omitido, hay una paradójica coherencia, que se desanuda en belleza y coraje, que amputa cadenas como tendones y es sin otra piel que su vuelo un ansia infinita de altura, distancia, libertad.

Con los otros, sin los otros, desde lo otro y afuera de lo posible.

Magia en las palabras, dices. Y sabes que es
un prodigio que respira
y se llama como tú.