miércoles, 7 de mayo de 2008

ENRIQUE FALCÓN


poemas Horas de Enrique Falcon



FUGA DE LA MUERTE
(CHAOS, 2007)

[ versión del "Todesfuge" de Paul Celan ]

De Juana:

escribiendo poemas una noche de invierno
planeando un ataque una noche de invierno
enganchado a un gotero en una noche de abril.

Un hombre vive en la casa juega con serpientes escribe
cuando llega el invierno escribe tus cabellos de ceniza Esperanza
lo escribe y sale de la casa y fulgen las estrellas silba a sus mastines que vengan
silba a sus gudaris que salgan a las noches de invierno
un hombre hace cavar una tumba en la tierra
nos ordena: tocad ya para la danza

Negra leche de abril te bebemos de tarde
te bebemos al mediodía y a la mañana la bebemos de noche
bebemos y bebemos
mastines españoles se reparten los despojos
rivalizan y se muerden una noche de invierno

Un hombre vive en el hospital cuelga de un gotero juguetea
con serpientes escribe
cuando llegue el invierno tus cabellos de plata Esperanza
tus cabellos de ceniza Teresa cavaremos una tumba planearemos un ataque
tus cabellos deflagrados, Teresa

Grita: hincad más hondo, y los de ahí no paréis de tocar
un hombre agarra el hierro del cinto luego lo blande en la planta de invierno del hospital son de fuego sus ojos
hincad más hondo las palas vosotros y los de ahí seguid tocando para la danza

Grita: tocad con más dulzura la muerte la muerte es un maestro que viene de Euskadi
la muerte es un maestro que viene de Madrid
grita rozad más sombríamente las cuerdas alejad el gotero subiréis como humo en el aire
tus cabellos de plata Teresa
tus cabellos de ceniza Esperanza

Negra leche de abril te bebemos de noche
te bebemos al mediodía la muerte es un maestro que viene de Madrid
te bebemos de tarde y a la mañana bebemos y bebemos
enganchados al gotero la muerte es un maestro que viene de Euskadi de fuego su ojo es
te alcanza con una bala de plomo certera a la vez
un hombre vive en la casa tus cabellos con fuego Esperanza
azuza a sus mastines y azuza a sus gudaris azuza a sus mastines españoles
contra todos nosotros se reparten las piezas
se reparten los restos de la democracia juegan
con serpientes y sueña el hombre la muerte la muerte es un maestro que viene de Euskadi
la muerte es un maestro que viene de Madrid

tus cabellos de plata, Teresa
tus cabellos de ceniza, Esperanza




SÉPTIMA PORCIÓN




BOMBARDEARÁN tu casa

Reclutarán al último de tus hijos
Digo que existe la mortaja que ya te van cosiendo
(Se-
pultarán tu nombre).
So-
bre un palo azul,
un chasquido en paz de moscas.

Con señuelos y blasfemias van a entrar en tu cuarto.

Bombardearán tu casa:
Dejarás de sembrar.

Un hombre tiene siempre
la edad de su enemigo.



LLUVIA TEMPRANA


El desastre, la resignación, el deseo de perder para descansar, no merecen la pena.
(Belén Gopegui: El lado frío de la almohada, 2004)


Esperan que te rindas.

Que devuelvas las canciones a sus cuartos.

Que lenta y pobremente
atiborres sus rincones con cristales

y apartes de tus hijos la visión de una revuelta.

Esperan que claudiques
–seas piel, dentada o marzo.

Que suavemente caigas.

No les libres de la piedra que respira en tus manos.
No les venzas los ojos.
Nada dice
de la lluvia temprana que va a abatir las puertas,
nada
de ese incendio intacto y por venir.

La tormenta, compañero, llegará.

Contra todos los pronósticos,
menos tarde que temprano,
–seas piel, dentada o marzo–
el ciclo de las lluvias llegará.

2 comentarios:

Luciérnaga dijo...

Dios mío, quique, eres El Maestro.

Te admiro-adoro.

Todavía no sabe nadie que está esto colgado aquí, así que mi comentario es simplemente impulsividad que de primeras va a caer al vacío. Pero necesitaba articularlo:

Te admiro, maestro.

Y un beso.

Víktor Gómez Valentinos dijo...

Enrique nos hace perder los papeles. Caen.
Sin papeles nos iguala
a los sinpapeles. Y en
esa verdad, releer y sentir
cómo nos llaman a la vida
los hechos y la rotura,
el latigo, la usurpación,
los gritos, las ausencias.

Hubo un antes y un después.
Sólo se decir eso ahora, releyéndote, re-cordando,
Enrique.

Un antes y un después
que nos ocupa en lo suficiente.